Si algo es evidente es que a nadie le gusta tener obras en casa. Aunque pensar en el resultado pueda parecer maravilloso, plantearse comenza
r todo el proceso a menudo da una gran pereza y muchas personas retrasan las obras todo lo posible. Los principales problemas que suelen encontrar son los siguientes:
Tener que buscar a diferentes profesionales y combinar sus fechas para poder realizar todos los trabajos necesarios para la reforma que se vaya a acometer. Por ejemplo, si se va a cambiar una cocina serán necesarios albañiles, electricistas, fontaneros y carpinteros.
Sea por la mala combinación de los mismos o por cualquier otro problema, al final las obras siempre se alargan más de lo previsto, por lo que nunca se sabe realmente cuándo se va a terminar.
A veces se tiene una idea en la cabeza, pero tras pasar la obra por varias manos, el resultado final tiene poco que ver con lo que se deseaba.
La burocracia también es un asunto que preocupa, ya que hay que saber qué permisos hay que solicitar y acudir al ayuntamiento para gestionarlos.
Sin embargo, una empresa que realice reformas integrales puede dar solución a todos estos problemas de una manera eficaz y con unos resultados garantizados.
¿Qué es una empresa de reformas integrales?
Se trata de una empresa que afronta cualquier obra o reforma del hogar de una manera íntegra, ocupándose de todos y cada uno de los pasos que deben de darse desde antes de comenzar el trabajo hasta su término.
Estas empresas cuentan con el servicio de arquitectos que se encargan de realizar el proyecto de la obra junto al cliente. Durante este proceso se escucha todas las ideas y se realizan cuantas modificaciones sean necesarias hasta que el interesado esté totalmente conforme con lo que se va a realizar y tenga muy claro como se realizará el trabajo.
Cliente y empresa se pondrán también de acuerdo en los materiales y se acordará un plazo para realizar la obra. Dado que estas empresas cuentan en sus filas con todo tipo de profesionales capaces de realizar cada uno de los tipos de trabajo necesarios para encarar el encargo, pueden garantizar los plazos de entrega. No dependen de terceros, no deben encajar agendas con nadie y eso hace que la gestión del tiempo sea mucho más eficiente, permitiendo que se pueda fijar una fecha de finalización por contrato, teniendo el cliente las garantías de que se trata de plazos reales.
Estas empresas se encargan también de realizar todos los trámites que sean necesarios ante el ayuntamiento e incluso pueden informar sobre la posibilidad de cobrar subvenciones si la naturaleza de la obra encaja con alguna ayuda oficial.
¿Qué otras ventajas tienen este tipo de empresas?
Además de las ya vistas, que no son pocas, estas empresas cuentan con la ventaja adicional de que pueden responder por todos y cada uno de los trabajos realizados. Si algo no funciona como es debido o el resultado final difiere del proyecto contratado, no hay posibilidad de que unas empresas y otras se pasen la pelota y se acusen mutuamente del desaguisado. Hay un solo responsable para todo y además puede solucionar el problema rápidamente al contar con todo el personal necesario.
Al contar con profesionales acostumbrados a realizar este tipo de trabajos, las molestias ocasionadas en la comunidad de vecinos serán las mínimas imprescindibles. Antes de comenzar la obra se contará con todos los permisos los cuales podrán ser comprobados por el administrador de la finca. Siempre se respetarán los horarios establecidos para realizar las tareas por lo que no debería de surgir ningún tipo de conflicto. Esto, que puede parecer evidente, es algo que a menudo se olvida cuando se comienza una obra. Algunos trabajadores que van por libre aprovechan los fines de semana para realizar pequeños trabajos pendientes, pudiendo causar conflictos vecinales fácilmente evitables si se respetan las leyes. Al final, el mayor perjudicado será siempre el propietario de la casa, que puede ser denunciado y que además tendrá que convivir con vecinos enfadados.
Precisamente este tipo de personas que trabajan por su cuenta, a veces ni siquiera están dados de alta o se acompañan por personas que no están contratadas. Quizás ofrezcan precios muy baratos, pero su trabajo no tiene garantías y si encima ocurre algún accidente, ya sea personal o material, el propietario de piso podría verse envuelto en un serio problema legal.
Cuando se contrata a una empresa de reformas integrales con un nombre y un prestigio, se puede tener la total confianza en que se está tratando con gente seria, que va a respetar todas las normas y que en caso de que se produzca algún percance van a responder de una manera responsable. Pero no es algo que se deba de creer sin más, sino que en el contrato siempre van a quedar reflejadas todas las condiciones de una manera clara y precisa, fácilmente entendible y sin letra pequeña que esconda trampas.
