La condensación se produce por el exceso de humedad que se acumula en nuestra vivienda solamente teniendo en cuenta los hábitos cotidianos que tenemos: bañarnos, cocinar, secar la ropa, etc.
El moho y las bacterias se acumulan a causa de esta condensación que se va adhiriendo poco a poco a las paredes, ventanas y cristales, en nuestros armarios y en cada rincón de nuestra casa.
Las viviendas que son fabricadas con materiales aislantes herméticos para impedir la fuga de calor suelen retener más la humedad generando el fenómeno de la condensación que se da cuando la temperatura exterior comienza a descender y se deposita en las zonas frías de la vivienda.
El exceso de humedad y condensación se traduce en un ambiente poco saludable y podremos darnos cuenta si en nuestra vivienda tenemos por ejemplo:
- Pintura y yesos desprendidos en las paredes exteriores
- Salitre en las paredes interiores, además de desprendimiento de pintura y yeso también.
- Vaho en los vidrios de espejos, ventanas y puertas.
- Moho en techos y paredes (especialmente las esquinas)
Si tu vivienda tiene problemas de humedad y condensación te recomendamos:
- No utilizar alfombras en baños y espacios poco ventilados como el sótano.
- Utilizar productos de limpieza antimoho.
- Colocar ventiladores de escape en el baño y la cocina.
- Implementar el uso de deshumificadores o aire acondicionado, especialmente en los meses de más humedad.
- Mantener el nivel de humedad por debajo del 50%.
También puedes optar por instalar un sistema de ventilación híbrida o mecánica a la que le dedicaremos especial atención en breve contándote de qué se trata y cómo se implementa.
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