Cuando nos enfrentamos a la reforma de una vivienda, hay muchas variables a tener en cuenta para conseguir un espacio optimizado, confortable y que se ajuste a nuestras necesidades.
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¿Cómo se consigue?
Gracias a un buen diseño de proyecto se puede lograr. Lo más importante es tener claro qué tipo de espacios se adaptan a nuestro tipo de vida. Probablemente una familia con dos hijos no esté buscando la misma distribución de espacios que una persona soltera. La forma de vida y las costumbres han evolucionado mucho en los últimos años, por eso no podemos seguir diseñando viviendas como lo hacíamos hace 30 o 40 años. Nuestras costumbres por tanto influirán en el tipo de vivienda que queremos construir.
Proyectar es algo más que “trocear” el espacio y darle a cada estancia sus metros, se trata de jerarquizar y diferenciar las zonas habitables que entre sí han de formar una unidad y funcionar como tal, ya que forman parte de un todo que es nuestra vivienda. Por ejemplo, hay que diferenciar bien la zona de día (cocina y salón-comedor) y la zona de noche (habitaciones).
Factores fundamentales
Es importante a la hora de diseñar nuestra vivienda que nos olvidemos de las entradas oscuras y angostas, un recibidor ha de tener luz y ser agradable ya que es lo primero que vemos al acceder a una vivienda, lo que nos da la bienvenida. Cada espacio debe estar muy bien pensado para el uso que se le va a dar.
También hemos de tener en cuenta el confort de los espacios, un profesional puede ayudarte a conseguir mejores resultados mediante la iluminación, el tipo de instalaciones o la ventilación de tu vivienda.
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